Maritza Núñez

Presentación de Jeux y otros cuentos

Edgardo Rivera
en el Centro Cultural de España, Lima, el 5 de abril de 2001

Agradezco a Maritza haberme invitado para participar en esta presentación. Más allá del acto mismo de mostrar al público lector la obra e invitar a su lectura, para mí es más bien una celebración. El término celebración se justifica aún más por el carácter multifacético de los textos que nos ofrece en este libro Maritza Núñez, por lo que en ellos hay de innovador, de propuestas, de planteamientos novedosos y, por aquello que ha señalado Marita Troiano, lo que hay en ellos, especialmente, de libertad.

Vivimos en el Perú tiempos difíciles, unos dos o tres lustros perdidos, en fin, una situación dramática en la que más de la mitad de la población vive una situación de pobreza. Pero la literatura, felizmente, florece. No solamente aparecen nuevas obras de los autores ya conocidos, consagrados y celebrados, como Mario Vargas Llosa y Alfredo Bryce Echeñique, sino también que a esos nombres se agregan otros, y, ahora, se agrega al de narradores el de Maritza, conocida anteriormente ya, con toda justicia, por sus libros de poemas y sus trabajos de teatro.

Es especialmente grato para mí participar en esta celebración, más aún, porque también en esta época difícil, la literatura escrita por mujeres en el Perú conoce igualmente un florecimiento digno de subrayarse. Y que es especialmente revelador en estos tiempos de globalización, globalización de la cultura, de las técnicas, de los conocimientos, de las formas de producción, etc., pero también globalización de inquietudes y de angustias que chocan, por otro lado, con la problemática que plantean las identidades nacionales, que deben preservar lo que tienen de original y de valioso. De tal manera que siempre se puede llegar a un equilibrio entre lo propio y la modernidad, entre lo propio y lo que nos viene de fuera, entre lo que es auténtico y natural para nosotros, y lo que es igualmente de esa manera para otros pueblos de la tierra.

Hay mucho de singular en Maritza Núñez. Ya, de hecho, fue singular la invitación que me formuló amablemente para tomar parte en esta presentación, ya que tuvo lugar mediante una llamada telefónica desde Finlandia. Me sonó extrañísimo que alguien me llamara nada menos que desde Finlandia; desde esos dominios misteriosos y lejanos hablaba la voz de Maritza Núñez.

Hay algo de cosmopolita, ciertamente, en este libro, por referencias no solamente a Lima, sino también a Moscú, a Finlandia, Helsinki, París, nuevamente Lima. En fin, tenemos un cosmopolitismo que va bien con los signos y las tendencias de la época en que vivimos y que, por un momento, me hicieron pensar –más allá de las múltiples diferencias–, en autores peruanos que también han sido cosmopolitas. Y no estoy pensando solamente en Mario Vargas Llosa. Estoy pensando en Valdelomar, en Vallejo, quien estuvo –por supuesto, en contextos muy diferentes–, en Moscú, pero creo que no llegó a Finlandia. Pienso en un autor de larga producción y de una genial calidad como es Jorge Eielson, cuya poesía nos llega de cuando en cuando desde tierras lejanas, especialmente de Italia. Hay algo de Maritza Núñez que remite a esa vertiente abierta del Perú desde lo nuestro hacia la modernidad, lo occidental y hacia lo cosmopolita, sin que ello perjudique lo que hay en ella de fidelidad a los orígenes.

En Maritza, al mismo tiempo, tenemos como parte de esa apertura una gran familiaridad con otros dominios de la producción artística, como son la música, el teatro, la poesía, y ahora, el relato. Y diríamos que, en este libro, se revela una autora que puede transitar –de la manera en que ello sea posible, y, a través de la palabra, yendo más allá de la palabra–, transitar o, en todo caso, acercarse a esos ámbitos diferentes y, de alguna manera también, próximos, que son, pues, la música, el teatro y, de manera muy especial, reitero, la poesía.

Francesca Denegri ha definido el libro como un conjunto de textos poéticos en prosa. Me atrevería a decir que, más que textos poéticos en prosa, se trata de juegos poéticos en prosa. No en vano el título del libro es el que da el último relato, bajo el título enigmático de Juegos, en francés, Jeux, que, no estoy seguro, si se trata de un cuento. Va mucho más allá del cuento; podríamos pensar, por su extensión, casi en una nouvelle; podríamos pensar también en otras cosas. Ese título de Juegos y otros cuentos me parece enigmático, cargado también, quizás, más allá de las intenciones de la autora, de una cierta ironía, de un cierto reto y, también, de humor.

¿Son cuentos realmente estos textos? Yo diría que son, pero son mucho más que cuentos –unos más, otros menos–, y que traspasan la frontera del género y tienen mucho de poesía, de nouvelle, de juegos lúdicos, pero tienen también ­situándolos en un plano semántico, no del género, de juegos melancólicos, telúricos, desafiantes, fatales, fúnebres e, incluso, crueles.

En el conjunto del libro hay una gran riqueza de referentes, incluso, un par de palabras en finés, cosa extrañísima y exótica para nosotros, pero que todo ello forma parte de este universo diferente y original que Maritza nos ofrece y que plantea un epecial desafío para su lectura y su disfrute.

Yo renuncié a una lectura seguida del libro y apelé, en una primera aproximación a él, a una lectura un poco dispersa. Por momentos he tenido la impresión de hallarme no propiamente frente a un texto, a su vez, conjunto de textos, sino por un momento tuve la impresión de hallarme frente a una partitura –que se puede interpretar con diversos instrumentos, y a diversos niveles, y con diversas calidades formales y sonoridades–, en que se interfieren, se cruzan lo lúdico, el humor, el desenfado, la soledad, la muerte, la alegría, la melancolía y, tal vez, más que la melancolía, la soledad.

¿Es esto una suerte de neosurrealismo? En parte creo que sí. En todo caso, se trata de todo un reto que la joven autora nos plantea a los lectores, a los críticos literarios. Al mismo tiempo, se trata de una propuesta renovadora que merece celebrarse como lo estamos haciendo aquí en esta noche.

Muchas gracias.

(Transcripción de la presentación de Edgardo Rivera.)

 

Edgardo Rivera (1933). Destacado escritor peruano con una obra narrativa que consiste en varios libros de cuentos, reunidos posteriormente en 1999 por Alfaguara en Cuentos Completos, y de las novelas País de Jauja (varias ediciones) y Libro del amor y de las profecías. También de un volumen de evocaciones de su infancia andina –A la hora de la tarde y de los juegos–, y de dos que recogen selecciones de sus artículos periodísticos, editados por la Universidad de San Marcos de Lima.

 

©2006 Maritza Núñez