Maritza Núñez

 

FRAGMENTO DEL PRÓLOGO DE YOLANDA PALLÍN A LA EDICIÓN ESPAÑOLA DE LA PUBLICACIÓN DE LA ADE LITERATURA DRAMÁTICA 29

El texto ganador, Sueños de una tarde dominical de Maritza Núñez se destacó inmediatamente como el candidato preferido por todos los miembros del jurado. Su calidad literaria y su solvencia escénica implÍcita hacían de este texto una de las propuestas más maduras y ambiciosas que pudimos leer. Mediante una continua alternancia entre el diálogo realista y una serie de imágenes poéticas, la autora se enfrenta a una situación histórica como asunto de la fábula. Histórica además en un doble sentido. Por un lado los personajes de su historia también lo son de la Historia, esto es Frida Kahlo, Diego Rivera, Breton o Trostki aparecen en escena; pero por otro lado no sólo lo hacen como personas particulares sino como motores de movimientos sociales que modifican la Historia, y expresando unos puntos de vista determinados sobre el sentido histórico y social de la realidad en la que viven y sobre la que inciden. Este doble tratamiento histórico de los personajes no les priva, no obstante, de la intimidad de sus vidas particulares en las que incide decisivamente la compleja relación entre política y arte.

No por casualidad la autora nos presenta escenas enfrentadas mediante una complicada estructura temporal, que pueden responder al hilo ambiguo del pensamiento de la protagonista que se desdobla en dos Fridas como expresión de sus luchas internas. Mediante esta técnica compositiva asistimos a la superposición de diferentes planos de realidad que se cuestionan entre sí sin ofrecer respuestas cerradas a las múltiples preguntas que plantean. Así, podemos asistir a los momentos de felicidad inmediatamente después de presenciar la crisis; o bien se nos presentan los intentos de suicidios de Frida mediante imágenes oníricas que no se distinguen de las que tomamos por reales, de modo que se nos hace dudar de la existencia de un solo y verdadero plano de realidad.

Como muy bien hace decir la autora a su Frida personaje, lo real y lo fantástico no se contradicen, sino que son tal vez la única manera de retratar el horror, tanto el personal como el social. La pregunta que subyace por debajo de todo el texto tiene que ver por tanto con la responsabilidad del creador frente al tiempo histórico que le ha tocado vivir, mucho más que con la mera información acerca de las circunstancias concretas de tal o cual personaje.

EI debate entre arte y revolución afecta a las propias leyes de la creación artística. La autora no se inhibe con su juego metateatral cargado de expresionismo deformante y se pregunta, nos pregunta, en qué nos equivocamos; para concluir con que “todos llevamos un tirano dentro y la vida se nos va en luchar contra nosotros mismos para poder vencerlo”.

 

©2006 Maritza Núñez